Los enormes preparativos no impidieron que Sandy dejara ocho millones de viviendas sin electricidad y cientos de casas destruídas en EE.UU.
A dos días del letal paso del huracán Sandy, que causó al menos 55 víctimas fatales, Estados Unidos despliega todos sus esfuerzos para intentar empezar a recuperarse frente a un escenario devastado en el que las principales ciudades empiezan a reactivarse poco a poco.
Desde que golpeó anteanoche Atlantic City, la icónica ciudad del juego de Nueva Jersey, y en las pocas horas que le tomó recorrer el país de Sur a Norte, hasta Canadá, Sandy apabulló a una de las regiones más pobladas, ricas y activas del país. En su paso dejó a más de ocho millones de personas sin luz y causó daños que se estimaban en al menos 20.000 millones de dólares. Nueva Jersey y Nueva York fueron los estados más vapuleados.
La mayoría de las víctimas fatales murieron por la caída de árboles o de cables eléctricos cuando se aventuraron a la calle a pesar de las insistentes advertencias de las autoridades locales y nacionales, que ya habían comenzado a preparar a los norteamericanos para Sandy el viernes pasado.
Obama recorrerá hoy comunidades de Nueva Jersey, el estado donde, por lejos, Sandy causó más daño: más del 80% de la gente quedó sin luz. El mandatario se reunirá con el gobernador Chris Christie, uno de sus más grandes críticos y una de las figuras más destacadas del Partido Republicano, que ayer elogió la respuesta del mandatario al desastre y aseguró que "la devastación es inimaginable".
Visiblemente cansado, pero decidido a mostrar su liderazgo ante una catástrofe que llegó días antes de las elecciones, el presidente Barack Obama prometió una rápida respuesta para aliviar y reparar el golpe que Sandy les asestó a millones. "Mi mensaje al gobierno federal es nada de atrasos. Lleven los recursos donde se necesiten tan pronto como sea posible. No hay excusas para la inacción. Esta tormenta aún no terminó", dijo Obama, al visitar los cuarteles de la Cruz Roja.
Sandy, que en medio de las celebraciones de Halloween fue apodada "Frankenstorm", enterró el recuerdo de Irene, la tormenta que atravesó Nueva York el año pasado sin pena ni gloria, al punto de que muchos aquí consideraron exagerados los preparativos dictados por Bloomberg. Ayer, nadie se atrevía a decir que las precauciones hubieran sido excesivas.