FILIPINAS: MANILA BAJO AGUA

Continúan las tareas de rescate en el norte de Filipinas. Las inundaciones y los aludes de tierra han dejado ya 64 muertos y se mantiene la alerta ante el anuncio de nuevas lluvias.


Trabajadores de emergencias y soldados se apresuraban a llevar comida, agua y ropa a casi 850.000 desplazados por las mortales inundaciones producidas tras once días consecutivos de lluvias monzónicas que han afectado a la capital filipina y a las provincias cercanas.

Un 60 por ciento de Manila, una extensa metrópoli con 12 millones de habitantes, segue inundado el miércoles. Once personas fueron dadas por muertas el martes, elevando la cifra total a 64 desde que comenzaran las precipitaciones con la llegada del tifón Saola a la zona norte de la isla de Luzón a finales de julio.

El Ejército, la policía y protección civil intentaban llevar ayuda a través de las calles de la ciudad, convertidas en ríos. Aún así, muchas personas se mostraban reacias a abandonar sus casas, temiendo perder sus objetos de valor, según las autoridades.

El organismo nacional de desastres dijo el miércoles por la mañana que había distribuido alimentos, agua, ropa y medicina a la población que había quedado aislada dentro de sus casas inundadas y en las áreas donde se han refugiado temporalmente.

Las lluvias monzónicas en Filipinas han cobrado fuerza este año con el tifón Saola y la tormenta tropical Haikui, que recorrieron el mar de Filipinas esta semana. 

Cuatro provincias cercanas a Manila están bajo estado de calamidad, incluidas Bataan y Pampanga, zonas de cultivos de arroz.

El departamento de agricultura estima hasta ahora los daños a los cultivos, principalmente arroz, en 152 millones de pesos (unos 2,9 millones de euros).