La cifra de víctimas del terremoto de 7,0 grados de magnitud, que este viernes sacudió las costas del mar Egeo, ha ascendido a 30 personas, la práctica totalidad de ellas en Turquía y dos en la isla griega de Samos.
Continúan las labores de rescate de personas atrapadas bajo los escombros en la ciudad turca de Esmirna.
En Bayrakli, en la provincia de Esmirna, los equipos de rescate, con perros rastreadores, intentaban llegar a las víctimas y a posibles sobrevivientes entre una masa de vigas retorcidas y grandes trozos de hormigón, los vestigios de un inmueble de siete pisos colapsado,
El sismo provocó una subida del nivel del mar que inundó las calles de Seferihisar, ciudad turca situada en el epicentro, y la marejada también barrió las costas de la isla de Samos.
La costa turca, con gran densidad de población, resultó la más afectada, donde unos 17 edificios se desplomaron.
El movimiento telúrico se sintió también en Estambul, capital económica de ese país enlutada hace 20 años por un potente terremoto, aunque en esta ocasión no se constató ningún daño, señaló el Gobernador de esa provincia.
Minutos después de la declaración del sismo, el Gobierno griego ofreció a Turquía toda su cooperación para ayudar en las labores de rescate, en un gesto de buena voluntad tras semanas de disputas territoriales entre ambos países.
"Acabo de llamar al presidente Erdogan para ofrecerle mis condolencias por la trágica pérdida de vidas a causa del terremoto que azotó a nuestros dos países", manifestó el primer ministro griego, Kiriakos Mitsotakis, en su cuenta de Twitter.
"Cualquiera, que sean nuestras diferencias, estos son momentos en los que nuestra gente necesita estar unida", añadió el mandatario en un mensaje de concordia, según informó la agencia de noticias Europa Press.
Erdogan, por su parte, agradeció el gesto a Mitsotakis y ofreció sus condolencias a toda Grecia y afirmó que "dos vecinos se solidaricen en tiempos difíciles es más valioso que muchas cosas en la vida", en su cuenta de la red social Twitter.
La región del Egeo se encuentra en una de las zonas con mayor actividad sísmica del mundo, entre ellas una de las, potencialmente, más devastadoras del hemisferio, la de Anatolia del Norte (NAF), punto de encuentro de las placas tectónicas de Anatolia y Eurasia.
El país ha sufrido terremotos devastadores en el pasado, incluido uno de magnitud 7,4 en Golcük en 1999, donde murieron más de 17.000 personas.
El último gran sismo ocurrió en enero de este año en el este del país, en las provincias de Elazig y Malatya, que dejó 41 muertos y más de 1.600 heridos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta éste artículo