El ciclón Mahasen tocó tierra este jueves en las costas de Bangladesh, donde cientos de miles de personas fueron evacuadas, mientras que la vecina Birmania sigue en estado alerta en un clima de miedo y desconfianza de la población desplazada hacia las autoridades.
"El ciclón Mahasen empezó a cruzar la costa Patuakhali hacia las 9h locales (3h GMT)", declaró Shamsuddun Ahmed, vicedirector del departamento meteorológico de Bangladesh. El epicentro del temporal se encuentra en el golfo de Bengala y podría alcanzar por la tarde la costa de Chittagong, la segunda ciudad del país, explicó el responsable meteorológico.
Un hombre murió ahogado en un distrito de la costa, indicaron las autoridades. El Gobierno de Bangladesh anuncio haber evacuado a más de 800.000 personas en 2.000 refugios anticiclónicos. En su mayoría se trata de personas que viven en la región de Chittagong, la más expuesta al temporal, según el administrador provincial Mohamad Abdulá. Muchos habitantes de zonas rurales se negaron a dejar sus casas por miedo a que les roben el ganado.
Según Naciones Unidas más de ocho millones de personas podrían verse afectadas por el temporal en la zona fronteriza entre Birmania y Bangladesh.
En Birmania, las autoridades también tomaron medidas de precaución con el objetivo de realojar temporalmente a más de 166.000 personas en el Estado de Rakhine (oeste del país), en su mayoría musulmanes de la minoría apátrida de los rohingyas, según las cifras del ministro de la Presidencia, Aung Min.
Pero la situación es muy tensa en la región, donde los enfrentamientos entre budistas de la etnia rakhine y los rohingyas el año pasado dejaron cerca de 200 muertos. Actualmente, unos 140.000 desplazados viven en el estado, instalados en campos con condiciones deplorables. Por esta razón las evacuaciones ordenadas por las autoridades se llevaron a cabo en un clima de tensión y de desconfianza por parte de la población, constató un equipo de periodistas de la AFP en el lugar.
"El Estado se cuida de las víctimas con criterios humanitarios, sin discriminación racial ni religiosa", asegura el periódico, anticipándose a las críticas de organizaciones extranjeras, que acusaron a las autoridades de complicidad en los enfrentamientos de Rakhine del año pasado. Las agencias de ayuda humanitaria temen además que esta población muy pobre no pueda hacer frente al temporal.
"La población está desprotegida por la mala calidad de las viviendas", dijo Jeff Wright, director de operaciones de urgencia en World Vision. "Cuando hay tormentas como estas, las casas suelen quedar destruidas o en muy mal estado y disminuyen los medios de subsistencia", explicó. Birmania y Bangladesh ya se vieron afectados en el pasado por los ciclones. En noviembre de 2007, el ciclón Sidr dejó 3.300 muertos, 800 desparecidos y 8,7 millones de afectados. En Birmania, el Nargis, que tocó tierra en 2008 en el delta del Irrawaddy, dejó 138.000 muertos y desaparecidos.