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ITALIA:
Más de 200 mil indignados italianos protestan hoy en la capital.
Contra las políticas bancarias, los recortes públicos y el
desempleo, como parte de las manifestaciones que estremecieron a varias
ciudades del país.
Congregados en la Plaza de la República miles de manifestantes llegados
en tren y autobús desde el día anterior, marcharon con pancartas y
lanzaron consignas contra las medidas de austeridad del gobierno del
primer ministro Silvio Berlusconi.
"Una solución: revolución", manifestaron en carteles y lemas los huelguistas, quienes reclamaron mejores condiciones de vida.
"¿Por qué me siento ultrajado? -confesó a Il Messaggero un
manifestante- ¿Por qué mi hijo gana 700 euros al mes, ayudando a
personas con discapacidad y está en constante inseguridad y no puede
construirse un futuro?, inquirió.
Espero que no haya
enfrentamientos, pero creo que la tensión es inevitable, reseñó el
indignado como preludio de los episodios de descontento masivo.
"Cuando la injusticia se convierte en ley la rebelión es un deber",
gritaron los indignados italianos, más conocidos como los dragones,
durante los disturbios desatados esta semana, frente a un fuerte
dispositivo de seguridad desplegado por las autoridades.
Debido a
las protestas, 39 líneas de autobuses fueron desviadas y cuatro
estaciones del metro de la ciudad cerraron, aunque el servicio
ferroviario continuó sin detenerse en las paradas de Cavour, Coliseo,
Barberini y Spagna, informaron medios informativos.
Unos 750
autobuses de 80 provincias del país llegaron en refuerzo de los
manifestantes romanos, procedentes en su mayoría de las regiones de
Milán, Génova, Emilia Romagna y Toscana.
También bajo la
consigna "Esta crisis no es nuestra y nosotros no la pagamos", miles de
estudiantes marcharon por las calles de las principales ciudades de la
península, entre ellas Trieste, Cagliari, Bolonia, Turín y Palermo.
Ante una considerable presencia policial, en Milán se vivieron momentos
de tensión cuando algunos jóvenes lanzaron huevos y globos con pintura a
las sedes de entidades bancarias, mientras otros intentaron ocupar la
sucursal italiana de la agencia de calificación de riesgos Moody's.
Los indignados reclaman a los gobiernos de sus respectivos países
derechos y políticas sociales de apoyo a los jóvenes, el empleo y contra
las medidas de austeridad, impuestas por los organismos financieros con
la complicidad de los ejecutivos nacionales.