En Johannesburgo, el viernes pasado se alcanzaron los -7 grados, rompiendo el récord de -6,3 grados establecido el 19 de julio de 1995.
En Kimberly, capital de la provincia del Cabo Norte, la temperatura alcanzó un mínimo histórico de –9,9 grados Celsius, mientras que en Warmbad Towoomba, una ciudad en la provincia de Limpopo, los termómetros bajaron a –5,6 grados. No se vio una temperatura similar desde los -5.5 grados 6 de julio 1964.
Las bajas temperaturas se deben a una sucesión de frentes fríos. El primero de ellos llegó al suroeste del país en la tarde del lunes, mientras que otro más intenso tocó tierra el miércoles.
En varias regiones del país se produjo caída de nieve, debido a un sistema climático muy fuerte que empuja el aire frío del Atlántico Sur. Esto ha provocado que los niveles de congelación lleguen al suelo, convirtiendo la lluvia que cae en nieve.
Las altas y bajas temperaturas se pueden explicar como anomalías climáticas consecuencia del cambio climático global.
Las altas temperaturas también pueden afectar especialmente a las costas africanas. El nivel del mar subió 5 mm por año en varias zonas oceánicas que rodean el continente y superó los 5 mm por año en el suroeste del océano Índico, desde Madagascar hacia el este. Estos valores sobrepasan el aumento medio del nivel del mar a escala mundial, que es de 3 a 4 mm por año.
Este aumento hará que la degradación y la erosión de las costas suponga un desafío cada vez mayor para muchos países, especialmente en África Occidental. Alrededor del 56 % de las costas de Benin, Costa de Marfil, Senegal y Togo se están erosionando y se calcula que esto empeorará en el futuro. Y es que, aunque actualmente la elevación del nivel del mar no es el factor dominante de esta erosión, se prevé que en el futuro se combinará con otros factores para exacerbar las consecuencias negativas de los cambios ambientales.
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