Los científicos están muy preocupados por el comportamiento de éstas mutaciones.
Los autores sugieren una posibilidad preocupante: la evolución convergente, el mismo fenómeno que hizo que los murciélagos y las aves desarrollaran alas de manera independiente hace millones de años.
El coronavirus también podría estar mutando en diferentes lugares del mundo hacia una misma dirección: versiones más transmisibles e incluso capaces de reinfectar a algunas personas que ya han tenido la covid, según advierte el equipo que ha alertado de la variante brasileña, encabezado por el epidemiólogo Nuno Faria, del Imperial College de Londres.
La nueva variante, detectada en la ciudad amazónica de Manaos, presenta una combinación singular de mutaciones, pero dos de ellas son viejas conocidas.
Los genetistas las denominan Nelly y Erik, por similitud con sus nombres técnicos: N501Y y E484K. Nelly y Erik son dos mutaciones que afectan a la espícula del coronavirus, la llave con la que el virus entra en las células humanas.
La mutación Nelly está presente en las tres variantes inquietantes y Erik se suma a ella en la sudafricana y la brasileña.
El virólogo Rafael Delgado expresa su “preocupación” ante esta posible evolución convergente, con combinaciones de mutaciones que quizá se repiten porque suponen una ventaja para el virus. Un estudio preliminar del bioquímico estadounidense Jesse Bloom sugirió hace un par de semanas que la mutación E484K multiplica la capacidad del coronavirus para escapar de los anticuerpos del plasma sanguíneo de algunos donantes que ya han superado la covid. Y otra investigación publicada este martes sostiene que “la mayoría” de las personas que ya han pasado una infección natural por el nuevo coronavirus podrían reinfectarse con la variante sudafricana. El trabajo, todavía un borrador pendiente de revisión, está firmado por la viróloga Penny Moore, del Instituto Nacional de Enfermedades Contagiosas de Sudáfrica.
La variante británica —con Nelly pero sin Erik— emergió aparentemente en el Reino Unido en septiembre y ya se ha registrado en 40 países. Las autoridades británicas calculan que es entre un 30% y un 50% más transmisible. En España se identificó por primera vez en plenas navidades, en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. “Nosotros estamos detectando ahora mismo entre un 2% y un 3% [de variantes británicas respecto al total]. El porcentaje es pequeño, de momento, pero ha ido en aumento claramente”, explica Rafael Delgado, jefe del Servicio de Microbiología del 12 de Octubre. En Dinamarca, la variante británica representaba el 2,4% de las muestras analizadas hace dos semanas y ya llega al 7%.
La variante británica no produce una enfermedad más grave, pero sí es más contagiosa según todos los indicios, así que el resultado final sería un mayor número de muertos en cualquier caso. “Te llena antes los hospitales. Y, por lo tanto, es un peligro, sobre todo en la situación en la que estamos ahora, que ya de por sí es mala. Es preocupante”, opina el biólogo Iñaki Comas, codirector del consorcio que secuencia los genomas del coronavirus en España. Comas calcula que la variante británica solo alcanza una frecuencia de entre el 1% y el 5% en todo el territorio español, por el momento.
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