El huracán Matthew, la tormenta más poderosa que ha golpeado el Caribe en casi una década, azotaba Bahamas el jueves temprano en su avance hacia la costa sureste de Estados Unidos, donde más de 2 millones de personas fueron llamadas a evacuar sus hogares, lo que podría ser la mayor evacuación desde el huracán Sandy en 2012.
Las carreteras de Florida, Georgia y Carolina del Norte y del Sur estaban congestionadas y los suministros escaseaban en las estaciones de servicio y tiendas de alimentos antes de la llegada del huracán, que desplazaba vientos sostenidos de unos 185 kilómetros por hora en su paso por Bahamas y generaba fuertes lluvias.
Matthew, que causó la muerte de al menos 39 personas en el Caribe y severos daños en el sur de Haití, se fortalecería a un huracán categoría 4 en su curso hacia el este de Florida.
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos dijo que espera que el fenómeno toque tierra el sur de Estados Unidos el jueves por la noche. Algunas proyecciones indican que el aterrizaje, si llega a producirse, sería al norte de Miami, en Palm Beach.
"Todos en nuestro estado deben prepararse ahora para un impacto directo", dijo el miércoles el gobernador de Florida, Rick Scott, en una conferencia de prensa en Tallahassee. "Si Matthew golpea directamente a Florida, la destrucción podría ser catastrófica y hay que estar preparados", agregó.
Los refugios en Florida, Georgia y Carolina del Sur abrieron sus puertas después de que las autoridades locales, junto con el presidente Barack Obama, instaron a las personas a evacuar sus hogares.
Equipos federales de respuesta a emergencias estaban coordinando los esfuerzos con funcionarios en los cuatro estados y reunían suministros. "Es algo que hay que tomarse en serio", advirtió el mandatario, y pidió a los residentes "prepararse para lo peor".
Las escuelas y los aeropuertos de la región estaban cerrados el jueves y algunos hospitales evacuaron a sus pacientes, informaron medios locales.