El potente tifón Noul azotó el extremo noroeste de Filipinas, causó al menos dos muertes y obligó la evacuación de casi 3.500 residentes a zonas seguras, tras alertas para desalojar localidades costeras y de montaña.
El tifón Noul se debilitó luego de tocar tierra la tarde del domingo en la localidad costera de Santa Ana, en la provincia de Cagayan. Este lunes por la mañana, el ojo de la tormenta estaba a 65 kilómetros al noreste de Basco, la capital de la provincia más septentrional, Batanes, con vientos sostenidos de 160 kilómetros por hora y rachas de 195 kph, dijo el meteorólogo estatal Adzcar Aurelio.
Aurelio señaló que se esperaba que Noul se debilite todavía más porque los fuertes vientos disiparán las pesadas nubes que lo acompañan. Está previsto que la tormenta abandone Filipinas el martes para dirigirse al sur de Japón.
Dos hombres fallecieron electrocutados en la localidad de Appari, en Cagayan, y cerca de 3.500 personas fueron evacuadas a zonas seguras en los departamentos de Cagayan e Isabela, apuntó Norma Talosig, directora de defensa civil de la zona.
Aunque la alerta por aparición de nuevas tormentas expiró, se advirtió a pescadores que no se aventuren fuera de la costa este del país ya que las condiciones del mar siguen siendo complicadas.
Unas 20 tormentas y tifones golpean Filipinas cada año. La más fuerte de las registradas, el tifón Haiyan, arrasó el centro del país en noviembre de 2013, matando a más de 7.300 personas.