EL MONZON GOLPEA LA INDIA Y DEJA 560 MUERTOS Y MILES DE DESAPARECIDOS

Las inundaciones y los deslizamientos de tierra provocados por el monzón en el norte de la India se han cobrado ya la vida de 560 personas y han dejado miles de desaparecidos, según han reconocido las autoridades este sábado, si bien se teme que el número de víctimas aumente significativamente.


Numerosas casas y pequeños edificios de apartamentos situados a orillas del Ganges, el río más largo de India y sagrado para los hindúes, se han visto arrastrados por las riadas, que también se han llevado por delante un buen número de vehículos.

Miles de soldados están participando en las tareas de rescate, con helicópteros de la Fuerza Aérea llevando a cabo la evacuación de supervivientes, muchos de ellos peregrinos hindúes y turistas, desde las estribaciones de la cordillera del Himalaya.

Alrededor de 33.000 personas habrían sido rescatadas hasta el momento a lo largo de esta semana, según el Ministerio del Interior. Se han habilitado trenes especiales desde las zonas devastadas para trasladar a los visitantes afectados.

"Todo lo que es humanamente posible se está haciendo", ha dicho a la prensa Manish Tewari, ministro de Información. Las lluvias han dado una mínima tregua el sábado, pero se esperan más lluvia para la próxima semana.

El primer ministro, Manmohan Singh, ha ofrecido 200.000 rupias (3.400 dólares) a cada una de las familias de las víctimas y 50.000 rupias (840 dólares) a los heridos a través de un fondo nacional de ayuda. Singh también ha prometido asistencia económica a las personas que han perdido sus hogares.
Singh ha prometido 10.000 millones de rupias (167 millones de dólares) aUttarakhand, el estado más afectado por las inundaciones y hogar de los dioses en la mitología hindú.

Hasta el momento, las lluvias no han afectado a la temporada de siembras en la región, donde hay plantaciones de arroz, algodón, remolacha y otros productos agrícolas.

Las fuertes lluvias que se registran entre junio y septiembre hacen que la siembra sea más fácil, aunque en caso de persistir las lluvias el agua estancada podría retrasar la siembra o provocar daños en los primeros brotes de arroz.