La intranquilidad se mantiene en la región sureña iraní de Goharan, en la provincia de Hormozgan, donde se registran constantes terremotos desde el pasado 11 de mayo que este sábado alcanzaron los 5,7 y 5,5 grados en la escala abierta de Richter, informó la agencia local Fars.
Según el Centro Sismológico Iraní, los dos movimientos, que ocurrieron a las 10.03 y 10.57 GMT, no causaron víctimas ni daños apreciables en una zona donde el pasado 11 de mayo otro terremoto de 6,2 grados Richter causó al menos un muerto y 17 heridos, además de la destrucción de numerosas viviendas.
El epicentro de los sísmos se localizó a 57,8 grados de longitud este y 26,7 grados de latitud norte, con el hipocentro de ambos a 8 kilómetros de profundidad y les han seguido varias réplicas que han llegado a los 4,5 grados Richter.
El pasado 9 de abril, un terremoto de 6,3 grados Richter causó 40 muertos y 850 heridos en la provincia de Busher, vecina a Hormozgan.
El 16 de abril, un terremoto de 7,8 grados Richter sacudió la ciudad de Saravan, en la provincia suroriental iraní de Sistán Baluchistán, en un área desierta cercana a la frontera con Pakistán y a una profundidad de 83 kilómetros, lo que limitó en gran medida los daños humanos y materiales.
Según medios locales y fuentes paquistaníes, unas 80 personas resultaron muertas en Irán y otras tantas en Pakistán, aunque los datos no están claros.
Irán se encuentra en un área de frecuentes terremotos y uno de los últimos con graves efectos se produjo en agosto del año pasado, en la provincia de Azerbaiyán Oriental, donde murieron 306 personas y 4.500 resultaron heridas al registrarse dos movimientos consecutivos de 6,2 y 6 grados Richter