EN CHILE ESTUDIAN TORMENTAS SOLARES PARA MEJORAR TELECOMUNICACIONES EN 2012

2012 ultimas noticias: Los científicos chilenos se suman a la comunidad  mundial de expertos y científicos, a quienes los une la misma causa, descifrar los misterios del Sol y pronosticar la gran tormenta solar que se espera tenga lugar en 2012.
 Aunque esta cuestión no puede afirmarse, debido al comportamiento impredecible del Sol, de los últimos meses, hay quienes afirman, que el ciclo del Sol, se ha repetido a lo largo de la historia, donde los máximos solares pueden ser comprobados, no así, el     pronóstico con alguna anticipación de la intensidad a la que pueda llegar una tormenta solar. Esperamos que de aquí al 2012, podamos acceder al conocimiento de lo que debemos esperar, para este evento y actuar por nuestra protección.

Ya está comprobado que la tormenta solar nos afecta de alguna u otra forma. Los científicos han demostrado que las partículas energéticas que emite el sol interactúan con el campo magnético de la Tierra produciendo diversos efectos.

Entre éstos, se encuentran alteraciones en los equipos eléctricos, en las señales de los satélites, daños en la frecuencia de las radios, en la navegación GPS, etc. Además pueden verse afectados los cables eléctricos, por corrosión o cortes de energía.

En la Universidad de Santiago de Chile (Usach), la Doctora Marina Stepanova, académica del Doctorado en Ciencia con mención en Física dedica prácticamente la totalidad de su tiempo a estudiar los "plasmas", un tipo de gas presente en el universo, y verificar cómo afectan en los campos magnéticos.

PLASMAS: EL CUARTO ESTADO DE LA MATERIA
Desde pequeños nos han enseñado que los estados de la materia son: sólidos, líquidos y gaseosos. Sin embargo, existe un cuarto estado denominado plasma y que corresponde al 99% de la materia visible en el universo. Sólo nosotros tenemos la suerte de vivir en la Tierra la cual pertenece al uno por ciento de los otros estados.

El concepto moderno del plasma es de origen reciente y se remonta apenas al inicio de la década de los cincuenta. El estado de plasma se encuentra en las estrellas, por ejemplo, el sol, en las nebulosas intergalácticas, en el medio que existe entre los planetas del Sistema Solar, y entre las estrellas en el universo. En la Tierra también existe estado de plasma, en la ionosfera, en las auroras boreales, los rayos y las tormentas geomagnéticas.

Los plasmas son gases altamente ionizados, que se diferencian del estado gaseoso por su carecer dinámico y por producir efectos de interacciones electromagnéticas de largo alcance. En condiciones normales, el flujo de partículas pasa desapercibido, pero cuando aumenta en intensidad altera el campo magnético terrestre. Este aumento se debe, principalmente, a las tormentas solares, cuyas radiaciones electromagnéticas son capaces de interrumpir las comunicaciones terrestres y alterar las órbitas de los satélites provocando, incluso, su caída a la Tierra.

Este fenómeno es conocido como tormentas geomagnéticas, que afectan a los organismos vivos y al entorno. Las tormentas solares son las que dan origen a las auroras boreales, pero también interfieren las transmisiones de radio, e incluso afectan negativamente en la salud de las personas sensibles a las alteraciones del campo magnético terrestre.

Según los científicos, de acuerdo a su intensidad, estos fenómenos también pueden afectar el funcionamiento de satélites, redes eléctricas, sistemas de navegación y oleoductos. Es por esto que la Dra. Stepanova se encuentra desarrollando un modelo de la magnetosfera, que permitirá predecir el clima espacial para evitar que los efectos de las tormentas geomagnéticas afecten los sistemas eléctricos, principalmente a los sistemas de los GPS (sistemas de posicionamiento global).

"Vamos a tener telecomunicaciones más seguras, porque durante las corrientes geomagnéticas aparecen zonas de “blackout” en sectores que son más cercanas a la aurora boreal, es decir, zonas en que se cortan las telecomunicaciones, incluso la energía eléctrica. También se interfiere la comunicación con aviones y barcos. El sistema, además, mejorará la tecnología de los GPS", explica la experta.

La investigación consistirá en monitorear el clima espacial a través de un modelo de la magnetosfera usando satélites. "No sacamos nada con mejorar el comportamiento de los GPS si no sabemos predecir el comportamiento de nuestra ionosfera", sentencia Stepanova, recalcando la importancia de desarrollar un modelo de este tipo que permitirá hacer más precisa y duradera la tecnología en el planeta.

Stepanova explica que ante una tormenta geomagnética, los GPS pueden desviar su posición real en unos diez, veinte o treinta metros. Tomando en cuenta que estos sistemas se utilizan desde los automóviles y aviones, hasta en la industria minera —incluso los misiles utilizan GPS— por lo tanto las aplicaciones del modelo de la magnetosfera son infinitas y necesarias en nuestro mundo actual.

Existen diversos niveles de tormentas geomagnéticas, que dependen en exclusiva de la actividad del sol. Hay ondas que son más peligrosas porque producen más radiación, sobre todo en el periodo denominado “Actividad Máxima Solar” que ocurre cada once años. La intensidad de las ondas está relacionada con la latitud de la Tierra, afortunadamente, hasta ahora el planeta se ha salvado de quedar prácticamente a oscuras debido a una tormenta de este tipo, aunque sí ha ocurrido que ciudades enteras han quedado sin energía eléctrica. La Dra. Stepanova recuerda la situación vivida en 1989 en ciudades de Estados Unidos y Canadá.

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