JAPON - Las muestras de agua subterránea recogidas en el recinto de la planta nuclear de Fukushima tienen un nivel de cesio radiactivo hasta 90 veces mayor que las analizadas hace apenas tres días, informó hoy el operador de la accidentada central.
Tokyo Electric Power (TEPCO) aseguró, en un comunicado, que había recogido muestras de agua en un punto de control situado entre los reactores y el Océano Pacífico con nueve mil becquereles por litro de cesio-134 y 18 mil becquereles por litro de cesio-137, dos materiales altamente radiactivos.
El dato supone casi 90 veces más que los 99 becquereles por litro de cesio-134 y los 210 becquereles por litro de cesio-137 detectados en las muestras extraídas por los operarios de la central el pasado 5 de julio.
En estos momentos, la principal preocupación en las labores para desmantelar la central es la acumulación, en el subsuelo de los edificios que albergan los reactores nucleares, de agua contaminada, líquido que se incrementa a diario por la filtración de agua subterránea proveniente de las zonas colindantes.
TEPCO no ha confirmado si esas sustancias radiactivas se están filtrando al de Marzo y ha anunciado que tomarán nuevas muestras de agua marina.
Tras el accidente nuclear de Fukushima en 2011, el peor desde Chernóbil en 1986, cerca de tres mil 500 trabajadores luchan a diario en la central japonesa para dar por concluida la crisis atómica, una labor que se estima se prologará durante los próximos 30 o 40 años.
Muere de cáncer uno de los "héroes de Fukushima"
Yoshida, de 58 años, había dejado su cargo como director de la planta apenas nueve meses después del accidente para poder recibir tratamiento médico hospitalario contra el cáncer que padecía. La cadena estatal NHK informó que murió en un hospital de Tokio.
El ex director dirigió las operaciones en el interior de la central desde que sonaron las alarmas por el devastador tsunami, cuyas olas de hasta 15 metros paralizaron el 11 de marzo de 2011 los sistemas de refrigeración de los reactores nucleares y desataron la peor crisis atómica desde Chernóbil en 1986.
"El valor y comportamiento ejemplar" de aquellos trabajadores que arriesgaron sus vidas y no abandonaron sus puestos en la central a pesar del peligro y la incertidumbre les valió en 2011 el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.
Tras ser operado del cáncer de esófago, diagnosticado en un control médico durante la crisis nuclear, Yoshida, que comenzó a dirigir la central de Fukushima Daiichi en junio de 2010, pasó también por el quirófano en julio de 2012 tras detectarle una hemorragia cerebral, detalló la cadena nipona.
En noviembre de 2011, durante la rueda de prensa en la que anunció su dimisión, Yoshida confirmó a los medios que no esperaba salir con vida tras del accidente nuclear, sobre todo después de tomar decisiones muy cuestionadas como fue la de inyectar agua del mar en uno de los reactores, pese a la negativa de sus superiores, o de producirse la explosión de hidrógeno en las unidades 1 y 3.
En una de sus últimas apariciones, durante una entrevista televisada en agosto del año pasado, este "Héroe de Fukushima" mantenía su idea de retomar su trabajo en la central una vez que se recuperara para ayudar en las labores para desmantelar la planta y poner fin a la crisis nuclear.
Yoshida se expuso a unos 70 milisievert de radiación durante los meses posteriores al accidente, una dosis de contaminación que requeriría de, al menos, cinco años para producir un cáncer de esófago.