En 2017 se produjo un descubrimiento astronómico sin precedentes: a 33 millones de kilómetros de la Tierra un objeto se movía hacia el sistema solar interior a velocidades increíbles. Su trayectoria y velocidad sitúan su procedencia en el exterior del sistema solar.
Este visitante extraterrestre fue bautizado como Oumuamua, un "cometa" interestelar, sin cola y rotaci{on caótica.
Desde entonces, Oumuamua ha excitado la imaginación de los aficionados a la ciencia, y ha puesto a trabajar a astrónomos de todo el mundo para dilucidar su origen. Lo que más desconcierta a los científicos son sus características peculiares. Además de su velocidad, que da cuenta de su procedencia lejana, tiene una forma extraña, carece de cola, y su rotación es caótica.
Además, está su composición, esencialmente de metal: los astrónomos esperaban que el primer objeto interestelar que detectaran fuera un cuerpo congelado, como los que pueblan la nube de Oort, una reserva de cometas en los confines de nuestro sistema solar. Sin embargo, Oumuamua es un cuerpo ‘seco’; y, además, no tiene cola, como sería lo esperable para los cuerpos que se acercan a una estrella, calentados por ella. La apariencia de Oumuamua indica un escenario de eyección diferente.
No se parece a ningún objeto conocido.
A partir de ahí, los científicos emiten distintas hipótesis sobre la procedencia de Oumuamua: desde que puede ser un resto de un cometa mucho mayor, hasta que se trata de un objeto artificial, procedente de alguna estructura alienígena mayor. La polémica está servida.
El debate más reciente sobre el origen de Oumuamua tuvo lugar hace pocos días, cuando un estudio refutó la hipótesis, emitida el pasado junio, de que el cometa podría ser, en realidad, un iceberg de hidrogeno.
El descubrimiento de Oumuamua
Fue detectado el 17 de octubre de 2017 en Hawái, por el Observatorio Halekala. Su nombre significa 'el visitante de la lejanía'.
La detección se produjo a unos 33 millones de kilómetros de la Tierra, y era lo que parecía un cometa, solo que moviéndose a velocidades increíblemente elevadas.
Características peculiares
Posee una rotación caótica, no periódica. Mide 800 metros de largo y es diez veces más largo de ancho, como un gran cigarrillo interestelar.
No tiene cola, como el resto de cometas. Es de color rojo oscuro, probablemente debido a la radiación cósmica. Por último, es muy denso, probablemente por su alta concentración de metal.
¿Una sonda extraterrestre?
A principios de 2019, investigadores del Instituto Harvard Smitsonian, argumentaban que su aceleración era demasiado alta como para ser un objeto natural, con lo que era probable que Oumuamua se tratase, en realidad, de un objeto artificial, una sonda de luz extraterrestre.
No obstante, estas declaraciones ofendieron a gran parte de la comunidad científica, que las consideró como ‘sensacionalistas’ y sin rigor científico. No hay radiación electromagnética detectable ni ninguna otra prueba que demuestre que esta conclusión.
Ausencia de radiación electromagnética
Los científicos del Instituto SETI han intentado abordar esta cuestión utilizando el Allen Telescope Array (ATA) para observar a Oumuamua cuando viajaba a unos 170 millones de millas de distancia, o un poco menos que el diámetro de la órbita de la Tierra. La intención era medir las transmisiones de radio artificiales que, si se encuentran, serían una fuerte evidencia de que este objeto no es simplemente una roca arrojada al espacio, sino que podría ser un objeto artificial. Pero tal radiación nunca ha sido detectada.