Unas 700.000 personas se han visto afectadas este jueves en el sur de China por la llegada del tifón Linfa y entre ellas, 31.100 han tenido que ser evacuadas a zonas más seguras, si bien por el momento no se han registrado víctimas fatales.
El tifón tocó tierra en la ciudad de Shanwei, en la provincia sureña de Cantón, al mediodía hora local (04.00 GMT), con vientos de hasta 35 metros por segundo, según informaron las autoridades meteorológicas.
Linfa ha dañado un total de 6.739 viviendas en esa ciudad y ha provocado pérdidas económicas por un valor de 248 millones de yuanes (unos 40 millones de dólares), según estima el Gobierno local en un comunicado publicado hoy.
Alrededor de 10.400 barcos de pescadores han sido obligados a volver a puerto en cinco ciudades de Cantón, donde además se han cerrado escuelas y suspendido 66 servicios de trenes por el momento, a la espera de medidas similares de cara al fin de semana.
Las autoridades meteorológicas esperan que Linfa afecte también a la provincia oriental de Fujian, donde ya fueron evacuadas casi 10.000 personas por precaución.
El sureste de China está en alerta ante la llegada, además, de un segundo tifón, Chan-Hom, que se espera que toque tierra en la provincia oriental de Zhejiang a última hora del viernes o el sábado por la mañana, ya convertido en un "supertifón".
De momento, Chan-Hom se mueve a una velocidad de 70 kilómetros y transporta vientos de hasta 40 kilómetros por segundo.
A medida que se acerca, Chan-Hom provocará lluvias torrenciales que afectarán a la costa este de China, y la metrópolis de Shanghái, ubicada en esa zona, ya planea suspender los trenes que recorran rutas costeras.