El cambio climático ha incrementado los episodios de fuertes precipitaciones, causantes de inundaciones o graves daños, en diferentes regiones del planeta en un 12 por ciento, según un estudio publicado hoy, el primero que atribuir directamente al calentamiento el aumento en estos eventos extremos.
El estudio, publicado hoy en la revista Climatic Change y realizado por tres investigadores del Instituto Potsdam para la Investigación de los Impactos Climáticos, en Alemania, concluye que la concentración de casos de lluvias extremas en los 30 últimos años "no tiene precedentes".
Los investigadores han analizado los registros de episodios de precipitaciones extremas en todas las regiones del planeta entre los años 1901 y 2010, detectando que hasta 1980 las variaciones naturales explican perfectamente la frecuencia de estos eventos.
Sin embargo, coincidiendo con un aumento significativo de la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, a comienzos de los 80, los eventos con lluvias de gran intensidad han sido un 12 por ciento más habituales entre 1981 y 2010 que si no hubiera habido cambio climático.
Los científicos citan la gravedad de algunos de estos acontecimientos extremos como es el caso de las fuertes precipitaciones que sufrió Pakistán en 2010, que acarrearon inundaciones, cientos de muertos y provocaron una epidemia de cólera en ese país.
Otro ejemplo, son las riadas que sufrió Texas, también en 2010, debido a las fuertes precipitaciones acumuladas en un breve periodo de tiempo.
"En todos esos eventos la lluvia caída en un sólo día batió récord respecto a los registros locales -desde 1901- y aunque cada caso de precipitaciones extremas se explica por una combinación de factores diferentes, hemos observado un notable incremento en la frecuencia de estos desastres naturales", explica en un comunicado Jascha Lehmann, uno de los autores principales del estudio.
Así, aunque el incremento medio de esas tres décadas vino a ser del 12%, los científicos apuntan a que el aumento fue considerablemente mayor en los últimos años analizados, llegando a ser estos eventos un 26% más habituales de lo normal en el año 2010.
Además, mientras la cantidad de episodios de lluvias intensas se disparó en las zonas más lluviosas del planeta, se redujo considerablemente en las más secas.
Así por ejemplo, las precipitaciones extremas se incrementaron un 56% en los países del Sudeste asiático, mientras que en la cuenca Mediterránea o en el Oeste de los Estados Unidos disminuyeron un 27 y un 21% respectivamente en las ambas regiones, donde crece el riesgo de sequía.
Para analizar la relación entre el aumento de eventos de fuertes precipitaciones y el cambio climático, los autores han estudiado la curva de coexistencia entre la cantidad de agua que puede acumular la atmósfera cuando la temperatura de la misma aumenta, basándose en la ecuación Clausius-Clapeyron