Si en 2012 una tormenta solar intensa nos azota, solo debemos rogar que nuestra magnetósfera se encuentre lo suficientemente fuerte para que al menos la vida en la tierra pueda continuar.
Lamentablemente nuestro escudo se encuentra hoy en malas condiciones. La Nasa ya ha confirmado que la magnetósfera se encuentra considerablemente debilitada (INFORME), lo que podría provocar que un viento solar muy intenso penetre en grandes cantidades por los polos, lo que sería desastroso a nivel tecnológico y biológico.
En ésta animación podemos ver como una tormenta solar, provoca una eyección de masa coronal (CME), que se desprende del Sol y llega a la tierra golpeando la magnetósfera.
La magnetosfera o magnetósfera es una región alrededor de un planeta en la que el campo magnético de éste desvía la mayor parte del viento solar formando un escudo protector contra las partículas cargadas de alta energía procedentes del Sol.
La magnetosfera terrestre no es única en el Sistema Solar y todos los planetas con campo magnético, Mercurio, Júpiter, Saturno, Urano, y Neptuno poseen una magnetosfera propia. Ganimedes, satélite de Júpiter, tiene un campo magnético pero demasiado débil para atrapar el plasma del viento solar. Marte tiene una muy débil magnetización superficial sin magnetosfera exterior.
Las partículas del viento solar que son detenidas forman los cinturones de Van Allen. En los polos magnéticos, las zonas en las que las líneas del campo magnético terrestre penetran en su interior, parte de las partículas cargadas son conducidas sobre la alta atmósfera produciendo las auroras boreales o australes. Tales fenómenos aurorales han sido también observados en Júpiter y Saturno.
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