Algunas ciudades del mundo como México, Los Ángeles y Tokio se encuentran localizadas en terrenos hundidos que corresponden a cuencas llenas de sedimentos, las cuales son capaces de amplificar los terremotos con un comportamiento similar al de las ondas del mar.
Esta correspondencia con las olas de los océanos, fue aprovechada por un equipo de investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y de la Universidad de Stanford y ahora son capaces de hacer predicciones de la cantidad de temblores que se podrían experimentar en estas regiones más propensas, dependiendo del epicentro.
Como los depósitos sedimentarios tienen una característica más blanda que la roca que los circunda, los movimientos generados durante un terremoto al alcanzar estas zonas se propagan con mayor facilidad y con mayor intensidad, destacó MIT en su reporte del 23 de enero.
A nivel terrestre habían sido capaces de simular cómo viajan las ondas sísmicas luego de un gran terremoto, pero el comportamiento de las mismas en zonas de las cuencas sedimentarias es diferente.
Se había pensado que se necesitaba esperar a que se registre un gran terremoto en dichas regiones, para ver las tendencias del sismo, pero las olas del mar resultaron eficaces.
“Como las olas, (las ondas sísmicas) rompen contra las costas, luego ondulan hacia el interior como las vibraciones del suelo. Si bien estas señales son muy pequeñas en comparación con el temblor generado por un terremoto, las estaciones sísmicas las pueden detectar, incluso a grandes distancias”, explica el estudio en que participó German Prieto, profesor asistente del Departamento de Geofísica y de Tierra, Atmósfera y Planetas.
Los investigadores analizaron las olas del mar detectadas por estaciones en diferentes lugares de Los Ángeles a lo largo de la cercana falla de San Andrés. Ellos compararon las señales recibidas de a dos estaciones.
De esta manera determinaron que las rupturas a lo largo de la Falla de San Andrés podrían causar un temblor tres veces más intenso en el centro de Los Ángeles que en las zonas circundantes.
El temblor en el centro de Los Ángeles se ve amplificado por un efecto que ellos llaman del “embudo” “en que las ondas sísmicas son desviadas a través de las cuencas sedimentarias”.
“A su vez, las rupturas que comienzan en el sur, cerca del Mar de Salton, y se mueven hacia el norte a lo largo de San Andrés, causarían un poco más agitación hacia Los Ángeles que hacia el Sur.
El equipo extrapoló datos frente a 96 posibles escenarios de terremotos de magnitud 7.0 a lo largo de la Falla de San Andrés, e incluyendo las rupturas al sur de Los Ángeles. Las predicciones resultantes mostraron que en la cuenca de Los Ángeles se experimentan temblores tres veces más intensos que en las partes que rodea la montaña, y la agitación era aún más intensa cuando los terremotos se propagaban hacia el norte, en lugar de hacia el sur.
"Esta herramienta sería muy útil para hacer predicciones de temblores de tierra, con base en un enfoque empírico”, agrega German Prieto, profesor asistente de Geofísica de MIT.
Sin embargo, Prieto sostiene que “sigue siendo imposible predecir cuándo o dónde ocurrirán los terremotos”.
Aun así los beneficios son que se puede predecir cuanto deberán soportar los edificios en determinadas zonas, lo que ayuda a establecer códigos de construcción más estrictos con estructuras más resistentes, informó Prieto.
"Tokio, Los Ángeles, Ciudad de México, y muchas de estas ciudades están sobre las cuencas sedimentarias”, dijo el geólogo.
Thomas Jordan, profesor de ciencias de la Tierra en la Universidad del Sur de California señaló que el enfoque de este estudio es lo suficientemente general como para poder aplicarse “incluso en las zonas donde los científicos carecen de modelos precisos de estructuras geológicas”.
“La técnica”, dijo Jordan, aunque no participó en el estudio, “depende de la disponibilidad de múltiples estaciones sísmicas, que no todas las regiones propensas a terremotos poseen. Sin embargo, la herramienta puede estimular a las comunidades a establecer estaciones sísmicas para predecir con precisión los temblores de tierra de terremotos futuros”, agregó.
"El verdadero problema es que no tenemos registros de terremotos reales, y tenemos una gran amenaza en el área de Los Ángeles, pero no tenemos los datos que nos digan qué va a pasar durante esos terremotos ", dijo Jordan.
"Es por eso que estamos tan activos en tratar de simular los movimientos sísmicos, y es por eso que este enfoque es tan importante”, explicó.