Una rara tormenta de nieve cayó en gran parte del Oriente Medio entre el 10 y 14 de diciembre de 2013. La tormenta fue nombrada Alexa y fue la peor tormenta de nieve que azotó el Oriente Medio desde 1953. Trajo la nieve, la lluvia y muy bajas temperaturas a grandes franjas de Turquía, Siria, Líbano, Jordania, Israel y los territorios palestinos.
La capital egipcia de El Cairo experimentó su primera nieve en los últimos 112 años y el mal tiempo afectó desproporcionado sobre los 2,2 millones de refugiados que viven fuera de Siria y los 6,5 millones de personas desplazadas dentro del país.
La imágenes de resolución moderada espectrorradiómetro (MODIS) en el satélite Terra de la NASA tomó esta imagen de la nieve el 15 de diciembre después de que las nubes despejaron. En su mayor parte, la nieve se limita a elevaciones más altas en Siria, Egipto, Líbano, Israel y Cisjordania y Jordania. Algunas regiones desérticas de baja elevación en Siria también están nevado.
Las tormentas de nieve en el Medio Oriente no son frecuentes y además ésta llegó muy temprano en el invierno y fué más intensa de lo normal.
La tormenta paralizó a Jerusalén de 30 a 50 centímetros (12 a 20 pulgadas) de nieve, dejando sin electricidad a unos 15 000 hogares. La nieve cierra carreteras de montaña que conducen a la ciudad, aislando efectivamente Jerusalén fuera. Amman, Jordania, recibió cerca de 45 cm (18 pulgadas) de nieve, y el Líbano y Siria también fueron inusualmente frío y nevoso.
Elevaciones más bajas cerca de la costa recibieron lluvias torrenciales durante la tormenta, lo que resultó en graves inundaciones. Unas 40 000 personas se vieron obligadas a evacuar las zonas inundadas en Gaza, según la Associated Press.
Las inundaciones no son visibles en esta escala, pero los penachos de marrón y verde de sedimento son visibles a lo largo de la costa del Mar Mediterráneo. Estas plumas pueden ser causados por las inundaciones y se escapan, aunque, aguas turbias tormentosos también pueden traer a la superficie sedimentos ( EO ).