En su discurso de esta semana en Austria, el Director General del AIEA, Yukiya Amano dijo que el número de reactores nucleares en operación en todo el mundo asciende a 436 y 73 reactores están en construcción, informó la AIEA.
“En lo que va de este año, iniciaron la construcción de nueve reactores”, dijo Amano, cuando se desarrolló el 28 de noviembre un encuentro con los 35 miembros de los estados, que forman la AEIA.
“Con el inicio de la construcción de Ostrovets-1 a principios de este mes, Bielorrusia se convirtió en el primer ‘recién llegado’ nuclear en Europa y el segundo país en tres décadas para empezar a construir su primera planta de energía nuclear”, comentó el director de la AIEA.
Amano relató que también Turquía está haciendo preparativos para la introducción de la energía nuclear.
En su presentación destacó que la energía nuclear puede ayudar en la mitigación de los efectos del cambio climático y explicó que están trabajando para ayudar a los países a reducir el uso civil de uranio muy enriquecido (UME).
Por el contrario a los intereses de la AIEA, Japón se vuelca cada vez más a otros proyectos energéticos, entre ellos las mega plantas de energía Solar.
Ante la contaminación que se sigue produciendo desde el desastre nuclear de Fukushima, en la planta con seis reactores, Japón apuesta por otras alternativas. El reporte indicó que el accidente ocurrió por fallas eléctricas luego del maremoto y terremoto del 11 de marzo de 2011.
Al saldo de 15.854 muertos, 3.276 desaparecidos, y cientos de miles de desplazados, se suman los crecientes efectos que trajo en la salud un error prevenible. Pese a que los terremotos en Japón son hasta 9 grados y los maremotos históricos tienen olas sobre nueve metros, no se consideraron los informes correspondientes durante la construcción.
Una planta nuclear requiere un proceso de enfriamiento activo las 24 horas, todo el año, y este costo en las plantas de Chernóbil, colapsada en Ucrania, en 1986, lo están pagando y lo seguirán pagando todos los europeos por décadas.
En agosto pasado una larga investigación señaló un creciente número de cáncer de Tiroides en la región de Fukushima, afectada con la contaminación. Hoy las cifras de casos confirmados aumentaron a 26.
Se observó que cerca de la planta nuclear los conejos nacían sin orejas y las mariposas tenían graves mutaciones, las cuales se estaban heredando a las siguientes generaciones.
Las consecuencias del impacto de la radiación nuclear por errores humanos prevenibles en Fukushima y Chernóbil perdurarán en las próximas generaciones.