Japón - Al menos 17 personas murieron ayer en la isla japonesa de Oshima, a 120 kilómetros al sur de Tokio, como consecuencia del paso del tifón Wipha, que causó además 60 desaparecidos, mientras la central nuclear de Fukushima no sufrió daños serios.
La pequeña ciudad en la isla, atracción turística y la más grande del archipiélago Izu con 8.400 habitantes, fue casi completamente cubierta por el lodo a raíz de la caída récord de 122,5 milímetros de lluvia.
"No podíamos imaginar un desastre de esta magnitud", admitió Masafumi Kawashima, el alcalde de Oshima, aún incrédulo por lo sucedido.
Ahora, añadió el funcionario, la prioridad es "salvar la vida de las personas y respaldar a las más afectadas" por la tragedia.
Cerca de 300 casas fueron arrasadas, mientras continúa sin cesar el trabajo de rescate para localizar a los desaparecidos.
En ese sentido, la Fire and Disaster Management Agency envió unos 64 bomberos desde Tokio y de 4 prefecturas de los alrededores, a los que se agregaron 80 hombres del Ejército nipón.
Eso, sobre la base de un pedido del gobierno metropolitano de Tokio que tiene la jurisdicción administrativa sobre las islas Izu.
El poderoso tifón, presentado como el más peligroso de los últimos diez años, también hirió a centenares de personas en 18 prefecturas: una víctima se registró en Machida (prefectura de Tokio), arrastrados por las aguas de un arroyo, mientras hay tres desaparecidas en Kanagawa y en Chiba.
Las compañías aéreas, entre ellas las principales como Japan Airlines y ANA, anularon más de 530 vuelos nacionales, mientras en el ámbito del transporte ferroviario, 18 viajes trenes Shinkansen, los de alta velocidad, se cancelaron en los trayectos de Tokaido y Tohoku.
La Agencia meteorológica nipona degradó durante la tarde (hora local) el tifón a depresión tropical, justo cuando el fenómeno se desplazó al este del archipiélago, en medio del Océano Pacífico.
Poco antes, Wipha también afectó a la dañada central nuclear de Fukushima, donde la empresa que la gestiona, TEPCO había adoptado una serie de medidas preventivas, incluido el desarme de la grúa y el detenimiento de las actividades marítimas.
Al final, la empresa informó en un comunicado que había tomado medidas para liberar el agua de lluvia acumulada en el sitio "sólo con la radiactividad dentro de los límites permitidos por la ley".
En Filipinas, entretanto, crece la cifra de víctimas a raíz del terremoto de 7,1 grados de magnitud ocurrido el martes, pues se elevó a 155 personas.
La policía, según reportó la prensa local, informó que unas 145 personas murieron en la provincia de Bohol, mientras que la organización reportó la muerte de 9 personas en Cebu y en Siquijor.
Asimismo, hay 300 heridos.