COMENZARON CEREMONIAS MAYAS A UN MES DEL INICIO DE UNA NUEVA ERA

Sacerdotes Mayas elevan plegarias frente al "sagrado fuego", en la Gran Plaza de centro arqueológico guatemalteco de Quiriguá, con la ilusión de que el inicio de una nueva era en el calendario Maya, el 21 de Diciembre, sea un renacer, sin discriminación ni odio.

Con reverencia, algunos sacerdotes en su lengua materna y otros en español, hacen sus peticiones al Creador y Formador frente a la fogata donde se incinera la ofrenda compuesta por 13 resinas de árboles distintos, velas de cera de varios colores, semillas, azúcar, pan y chocolate.

Falta menos de un mes para que culmine el 13 baktum, el fin del ciclo mas largo de 5.200 años en el calendario Maya, conocido como la "cuenta larga", que algunos interpretaron como una profecía del fin del mundo o cataclismo global.

Pero en la quietud de la selva, al amanecer, los Mayas, por turnos, lanzan su mensaje. Uno critica al hombre por la "destrucción y exterminio de bosques y montañas". Otro pide que "se aleje la maldad y llegue la fraternidad". Todos se ilusionan con la felicidad que debería traer el nuevo ciclo.

En el sitio arqueológico, cuyo nombre significa Partición en Maya, pero que el Instituto Guatemalteco de Turismo denomina Ciudad de Estelas, permanecen nueve losas de piedra talladas precolombinas, las más altas de las pertenecientes a los mayas localizadas hasta ahora, con una que incluso supera los 10 metros.
SITIOS ARQUEOLOGICOS MAYAS
Los siete guías se colocan a la orilla del altar de cemento sobre el suelo en forma de circulo y a medida que avanza la ceremonia atizan el fuego y lanzan a las brasas puros de tabaco artesanal, cerveza y otros brebajes de los que emana un fuerte olor que se entremezcla con el aire puro de la zona.

El sacerdote Juan Chiriz no duda e implora un cambio de actitud en el ser humano, al que culpa por la "destrucción y exterminio de bosques y montañas, así como la contaminación de ríos y lagos, de nuestra madre naturaleza".

"Tenemos que pedir perdón, hacen falta 30 días para que nazca ese nuevo sol, ese nuevo amanecer, tenemos que ser más sencillos y humildes (...) en nuestro corazón hay mucho odio y rencor, busquemos la paz en nosotros mismos", afirma a su vez el sacerdote.

"No es el fin del mundo, estamos llegando a un tiempo sideral cíclico, tiempos difíciles, un computo del tiempo que obtuvieron los abuelos a través de la observancia y el estudio (...) el cambio de una era de 5.200 años y el inicio de un nuevo ciclo", agrega.