Para muchos, hace 30 años se abrió la caja de pandora, marcando el inicio del fin del mundo. El sábado 26 de abril de 1986 a la 01:23:58 hora local, el cielo de un remota región de Ucrania se iluminó en mitad de la noche, liberando sobre la atmósfera una cantidad de energía 500 veces superior a la explosión de Hiroshima o Nagasaki. El mayor desastre nuclear de historia.
El 26 de abril de 1986, a la 01:23:58 hora local, durante una prueba del sistema llevada a cabo fuera de los parámetros conocidos, y en un alarde de demostrar la solvencia de la tecnología nuclear soviética, en el reactor número 4 de la central Chornobylska atomna elektrostantsiya Vladímir Ilich Lenin, se produjo un salto repentino en la potencia. Diez segundos más tarde, el núcleo sufrió una explosión y se incendió, desatando el infierno en la tierra.
Aquel día, durante una prueba en la que se simulaba un corte de suministro eléctrico, un aumento súbito de potencia en el reactor 4 de esta central nuclear produjo el sobrecalentamiento del núcleo del reactor nuclear, lo que terminó provocando la explosión del hidrógeno acumulado en su interior. Básicamente se estaba experimentando con el reactor para comprobar si la energía de las turbinas podía generar suficiente electricidad para las bombas de refrigeración en caso de fallo (hasta que arrancaran los generadores diésel).
La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados,4 materiales radiactivos y/o tóxicos que se estimó fue unas 500 veces mayor que el liberado por la bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945, causó directamente la muerte de 31 personas y forzó al gobierno de la Unión Soviética a la evacuación repentina de 116.000 personas provocando una alarma internacional al detectarse radiactividad en al menos 13 países de Europa central y oriental.5
La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados,4 materiales radiactivos y/o tóxicos que se estimó fue unas 500 veces mayor que el liberado por la bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945, causó directamente la muerte de 31 personas y forzó al gobierno de la Unión Soviética a la evacuación repentina de 116.000 personas provocando una alarma internacional al detectarse radiactividad en al menos 13 países de Europa central y oriental.5
La Zona de los 30 kilómetros, la Zona Muerta, la zona de exclusión, la Cuarta Zona... son algunos de los nombres que recibe la única zona prohibida, literalmente, para el hombre en la tierra, fruto de las acciones del propio hombre. Hoy, 30 años después los 30 kilómetros que separan la vida de la muerte se han convertido en una atracción turística.
Todos los pueblos en un radio de 30km de la central fueron evacuados y se encuentran custodiados bajo control militar. A día de hoy, la Zona Muerta abarca una superficie de 2.600 kilómetros cuadrados, y solo 500 residentes y unos pocos visitantes al año, pueden ser testigos del fin del mundo que se desató que desató en Chernobyl.
Kopachi, a pocos kilómetros al sur de la planta, tenía una población de 1.114 personas, y recibió la peor parte. El pueblo estaba tan contaminado por la lluvia radioactiva que las autoridades lo demolieron y enterraron todas las casas y edificios, excepto el jardín de infancia, que sigue esperado los miles de años que serán necesario para que los niños puedan volver a ocupar sus aulas, si es que algún día pueden hacerlo. Kopachi se encuentra en la zona más contaminado con plutonio, cesio-137 y estroncio-90, además de la zona del reactor. Kopachi es, literalmente, el infierno en la tierra.