Japón conmemora hoy el quinto aniversario del terremoto y el tsunami de la región noreste de Tohoku, una catástrofe natural que dejó más de 18 mil fallecidos y desató la crisis nuclear de Fukushima, la peor desde el incidente de Chernobyl.
El 11 de marzo de 2011, un terremoto de magnitud 9.0 en la escala de Ritcher, y el tsunami que lo siguió arrasaron la isla nipona y causaron graves daños, algunos que aún mantienen a 174.000 personas desplazadas.
A lo largo de la jornada se celebrarán homenajes a las víctimas en todo el país, cuyo acto central será el minuto de silencio a las 14:46 horas locales, momento exacto en el que tuvo lugar la catástrofe que obligó la evacuación de cerca de medio millón de personas.
En muchas localidades, se activará incluso la alarma de tsunami a esa misma hora, para recordar el momento del sismo con epicentro frente a la provincia de Miyagi, que desencadenó las olas descomunales que barrieron esta zona del archipiélago japonés y alcanzaron los 20 metros de altura en algunos puntos.
Las ciudades y localidades más afectadas celebran diversos eventos conmemorativos, mientras que en Tokio en un acto solemne el emperador Akihito y la emperatriz Michiko rendió tributo a los fallecidos en la mayor tragedia acaecida en Japón desde la Segunda Guerra Mundial.
Tras el minuto de silencio, el primer ministro, Shinzo Abe, ofreció un discurso, y le seguió el del emperador e intervenciones de otras autoridades estatales y de familiares de las víctimas procedentes de las tres provincias más castigadas, Fukushima, Miyagi e Iwate.
Las cifras que dejó el terremoto
Después del accidente nuclear, 200.000 personas fueron evacuadas de localidades cercanas a la central eléctrica de Fukushima Daiichi, y de ellas unas 74.200 siguen sin regresar a sus hogares en un radio de entre 10 y 20 kilómetros alrededor de la planta.
Asimismo, a día de hoy quedan 57.677 personas de las provincias de Iwate, Miyagi y Fukushima que residen en alojamientos temporales prefabricados, del total de personas que continúan evacuadas por los efectos del tsunami y de la catástrofe nuclear.
La cifra oficial de fallecidos a causa del desastre natural asciende a 15.894, mientras que desaparecieron otras 2.561 personas y cuyos cuerpos no han sido aún encontrados.
También continúa creciendo el número de suicidios entre los supervivientes, así como muertes relacionadas con el estrés postraumático y con las condiciones de vida de los evacuados. Esta cifra ha alcanzado los 3.410 fallecidos un lustro después de la catástrofe, según los últimos datos recogidos por la agencia local Kyodo.