El presidente costarricense Luis Guillermo Solís firmó el martes un decreto de emergencia nacional para atender los daños que han provocado las fuertes lluvias en la costa caribeña del país durante las últimas semanas.
Las fuertes corrientes de agua dejaron serios daños en al menos 11 puentes, siete diques y tres acueductos, así como 23 carreteras que se vieron bloqueadas por agua y materiales, lo que provocó que 18 comunidades quedaran incomunicadas.
El ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro, detalló que los daños en la producción agrícola de la zona son cuantiosos. En un recuento preliminar se contabiliza la pérdida de 20 millones de cajas de piña, buena parte por exceso de humedad, así como el 60% de papaya y el 80% del ayote, mientras que están en riesgo 244 mil litros de leche.
"El industrializador de leche más grande del país reporta una baja del 10% en sus colocaciones y ventas, mientras que el banano tiene una caída del 23% en su producción este año y esto se podría agravar por la alta humedad", dijo Alfaro en conferencia de prensa.
Los exportadores que lograron llevar sus productos al puerto de Moín, el más importante del país, ubicado a 300 kilómetros al este de San José, debieron pagar hasta 400 dólares más por la movilización de cada contenedor, debido a los cambios en las rutas de transporte, por lo que la Cámara de Exportadores estimó las pérdidas en poco más de 900 mil dólares.
Con la declaratoria de emergencia, el gobierno costarricense espera obtener un presupuesto extraordinario de la Asamblea Legislativa, cuyo monto aún se debe definir. Por su parte, Alfaro anunció que se utilizará un préstamo otorgado por el Banco Mundial por 20 millones de dólares para atender este tipo de emergencias.
Las autoridades mantienen la alerta para las próximas horas, pues el Instituto Meteorológico Nacional anunció más lluvias y reportó que en la última semana en la provincia de Limón cayó el agua equivalente al 75% de todo lo que debería llover durante un mes.