El tifón “Rammasun” azotó hoy el noreste de Filipinas, causando la muerte de al menos 25 personas y paralizando la capital, Manila, donde millones se quedaron sin energía eléctrica.
Dieciocho personas murieron, entre ellas un bebé de 11 meses, tras ser alcanzados por árboles, postes eléctricos, muros y otras estructuras que fueron arrancadas o derribadas por los vientos del tifón, que llegaron a hasta los 150 kilómetros por hora, con ráfagas de 170.
Otras tres personas se ahogaron en ríos crecidos, dos fallecieron por postes de luz y una persona a causa de un ataque cardíaco, según datos de los equipos de rescate y la policía.
La tormenta, llamada “Glenda” a nivel local, arrasó Manila durante unas cuatro horas antes de que bajara algo la intensidad de sus vientos, hasta los 140 kilómetros por hora. El tifón se desplaza ahora hacia Vietnam y se espera que salga de la zona de Filipinas en la tarde del jueves.
La electricidad se cortó en muchas partes de Manila y el este de Filipinas, donde casi 420.000 personas huyeron de sus hogares antes de la llegada de “Rammasun” el martes.
El gobierno está priorizando la limpieza de las carreteras y la restauración de los servicios, explicó el portavoz del Ejecutivo Edwin Lacierda. “Nuestras prioridades en este punto incluyen el bienestar de los evacuados y devolver la electricidad y las comunicaciones a las comunidades”, afirmó.
En Manila, donde viven 12 millones de personas, tuvieron que suspenderse las clases en todos los niveles, y las oficinas públicas y algunas privadas cerraron sus puertas.
Más de 250 vuelos nacionales e internacionales fueron cancelados después de que las autoridades civiles cerraran los accesos por carretera al aeropuerto de Manila hasta mediodía.
Los fuertes vientos del tifón derribaron los postes de electricidad y carteles, que bloquearon las calles de la ciudad y alrededores. Las antenas y grúas se balanceaban al pasar el ojo de la tormenta por la bahía de Manila.
El sistema elevado de tren de Manila también tuvo que ser suspendido y los ferries de pasajeros que conectan las islas del centro y del este no pudieron navegar.
En Pasing, junto a Manila, la terraza de un salón comunal se hundió, provocando la muerte de un voluntario. En Quenzon, la caída de una cerca de hormigón dejó dos heridos y en la ciudad de Makati se derrumbó parcialmente la fachada de un centro comercial.
Algunas centrales eléctricas fueron cerradas de manera preventiva, indicó el ministro de Energía, Jericho Petilla. El funcionario añadió que harán falta tres días para arreglar los daños y devolver el suministro.
“Rammasun” es el tifón más fuerte que afecta a Filipinas este año. El país aún se recupera del paso de “Haiyan”, uno de los peores del mundo, que en noviembre dejó más de 6,200 muertos.