Los tanques de agua contaminada en la planta nuclear de Fukushima Daiichi, presentaron tres filtraciones a través de las cuales se han fugado unas 1.8 millones de toneladas de líquido contaminado .
Los tanques de agua contaminada con elementos radiactivos en la planta nuclear de Fukushima Daiichi, presentaron tres filtraciones a través de las cuales se han fugado unas 1.8 millones de toneladas de líquido contaminado.
La empresa Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), operadora de la instalación, precisó que estas fugas se suman a la descubierta el pasado sábado, la cual ha dejado escapar unas 1.6 toneladas de agua tóxica.
Una de las fugas, encontradas en las barreras de concreto que rodean dos tanques de almacenamiento, se atribuyó a los varios días de lluvia que han caído en Fukushima así como a una cuarteadura entre esas barreras y su base, señaló un reporte citado por la agencia Kyodo.
Se estima que el agua que se ha escapado no ha llegado al oceáno, ya que no hay algún tipo de canal que la pueda llevar, señaló TEPCO.
En otro grupo de tanques otra fuga proviene de la parte baja de la barrera de concreto, así como en una grieta en esa misma barrera.
Las fugas se originaron en juntas con poca calidad y en grietas en las barreras y no por desbordes, lo que podría hacer necesario que TEPCO tome nuevas medidas al respecto.
Además se detectaron hasta 190 bequerelios de estroncio 90 por litro de agua al interior de las barreras, 19 veces más alto que el limite nacional permitido para el agua radiactiva que puede ser liberadada.
Las barreras de concreto, de unos 30 centímetros de altura, se instalaron en torno a cada uno de los 23 grupos de tanques con agua radiactiva, y su función es vitar escapes si hay derrames de líquido desde esos tanques.
Los más de mil tanques que hay en la planta sirven para almacenar el agua que se usa para enfriar sus maltrechos reactores, la cual se contamina al entrar en contacto con los núcleos parcialmente fundidos de las unidades.
La planta de Fukushima sufrió la fusión parcial de sus núcleos tras el paso del terremoto y el posterior tsunami registrados el 11 de marzo de 2011, en la peor tragedia en una instalación nuclear después de la ocurrida en Chernobyl en 1986.