El volcán Etna, en la isla italiana de Sicilia, continúa en erupción tras seis meses de su última actividad, con una fumarola que era vista desde Taormina, Catania y Siracusa, informó el Instituto de Geofísica y Vulcanología local.
El cono entró en actividad esta madrugada por un nuevo cráter abierto en el sureste, por el que brotaron lenguas de lava y cenizas que fueron llevadas por el viento hacia el suroeste, reportó la agencia italiana ANSA.
El Instituto de Geofísica y Vulcanología de Catania precisó que todo empezó con una fase sísmica, un terremoto sutil de 2,8 grados de intensidad en una escala de hasta 10.
A causa de esta erupción del Etna, situado en la costa este de Sicilia, entre las provincias de Mesina y Catania y con una altura de 3.322 metros, el aeropuerto local está parcialmente afectado y por momento se demora la salida de sus vuelos.
El Instituto de Geofísica informó de que la lengua de lava emerge del cráter y se dirige hacia el desierto del Valle del Bove, por lo que no afectará ninguna zona poblada.
El flujo de lava está alimentado por material piroclástico, es decir, una mezcla de gases volcánicos calientes, materiales sólidos calientes y aire atrapado, que se mueve a nivel del suelo.
El Etna es el volcán más grande y más alto de Europa, y uno de los volcanes más activos en la Tierra.
Sus erupciones se producen tanto en la cumbre, donde en la actualidad hay 4 Cráteres y de sus flancos, a unos pocos cientos de metros sobre el nivel del mar.
La actividad cumbre puede ir prácticamente en forma continua durante muchos años o incluso décadas (por ejemplo, 1955-1971; 1995-2001), pero también a menudo se produce durante los intervalos entre erupciones laterales. Estos intervalos pueden durar desde unos pocos meses a más de 20 años, aunque en los últimos 40 años, el intervalo medio entre erupciones laterales ha sido sólo de 2 años. La duración de la erupción de un flanco puede ser tan corta como unas cuantas horas, pero en algunos casos superior a un año (1991-1993: 472 días; 2008-2009: 419 días).