El gobierno japonés han anunciado un gasto extra para tratar de terminar con las filtraciones de agua radiactiva al mar que se producen desde la accidentada central.
El proyecto incluye la construcción de un llamado “muro de tierra congelada” que rodeará los tanques del agua usada para refrigerar los reactores y contendrá los escapes.
“Para implementar nuestra política de seguridad, se pondrá en marcha un grupo de trabajo ministerial especial para gestionar el agua contaminada y el desmantelamiento y se darán los pasos presupuestarios para ello”, declaraba el primer ministro Shinzo Abe.
La central cuenta con 1.000 contenedores que acumulan 330.000 toneladas de agua, a las que se suman 400 cada día.
Desde el catastrófico terremoto y tsunami de 2011 los gestores de la planta llevan advirtiendo de que se producen filtraciones prácticamente a diario. La más grave de ellas tuvo lugar el 19 de agosto, cuando se anunció la fuga de 300 toneladas de agua radiactiva.