La densa nube tóxica marrón que durante los últimos diez días ha cubierto nueve grandes ciudades de Irán, incluyendo la capital, ha causado la muerte de miles de personas, según las autoridades del país.
El viceministro de Salud de Irán dijo que alrededor de 4.460 personas murieron por la contaminación del aire en Teherán en los primeros nueve meses de 2012.
Durante el punto álgido de la crisis aumentó en una tercera parte el número de personas que tuvieron que ser ingresadas en el hospital y los pasillos de las clínicas estuvieron llenas de gente con problemas respiratorios, niños y mujeres esperando recibir oxígeno y tratamiento.
La oficina de la BBC en Teherán, ubicada en las montañas, en la zona norte de la ciudad, ofrece a menudo una vista despejada de la impresionante Teherán.
Es imposible caminar por la calle sin llevar puesta una mascarilla sobre la boca y la nariz, pero aún así los ojos te empiezan a llorar y te duele la garganta por la contaminación, que según los expertos está formada por partículas de grafito, dióxido de azufre y bencina.
Teherán ha sido tradicionalmente famosa por su contaminación, sobre todo durante los inviernos secos, como éste.
La cordillera de Alborz impide que el viento llegue a la ciudad para limpiar el ambiente. Y además Teherán está inundada por coches y rodeada por fábricas de cemento y estaciones eléctricas.
Pero la calidad del aire es ahora peor que nunca. Teherán apenas disfruta de 100 días saludables al año. El Ministerio de Salud informó de un aumento en las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, así como de un incremento de la variedad de tipos de cáncer relacionados con la contaminación.
Cada año 5,5 millones de vehículos expulsan al aire de la ciudad cinco millones de toneladas de dióxido de carbono y otros gases venenosos.
Algunos expertos creen que el petróleo refinado en el país es de baja calidad y por tanto ha contribuido a la situación.
Organismos públicos, escuelas, universidades y bancos volvieron a abrir el domingo después de que el gobierno ordenara cerrarlos durante cinco días para intentar reducir los niveles de contaminación.
Teherán, donde viven cerca de 14 millones de personas, necesita un urgente plan estratégico para acabar con la mortal contaminación.