La supertormenta Sandy, que azotó el Caribe y las costas de EE.UU. y Canadá, es solo el inicio de una era de graves desastres naturales, cuyos efectos podrán ser evaluados por la humanidad en las próximas décadas, predicen los expertos.
"Se trata del presagio de lo que está por venir. El número creciente de tormentas y el aumento del nivel del mar crean una amenaza para las próximas décadas", afirma el profesor de la Universidad de Princeton (EE.UU.) Michael Oppenheimer, apuntando que la ciudad de Nueva York en este sentido, es "enormemente vulnerable".
El hielo del Ártico desaparecerá
En 2007 el grupo intergubernamental de expertos sobre cambio climático advirtió que para finales de este siglo, el nivel del mar aumentará entre unos 17 y 58 centímetros. Sin embargo, todos los pronósticos actuales muestran que el derretimiento del hielo en el Ártico lo hará crecer al menos unos 76 centímetros.
"Es probable que el cambio climático aumente en el futuro próximo la intensidad de los temporales y su escala, hecho que causará un fuerte aumento de las tempestades marinas"
Durante la últimas tres décadas, se han derretido unos 2 millones de kilómetros cuadrados de hielo marino del Ártico. Según los cálculos, en 2100 el hielo en esta área desaparecería por completo, mientras que algunos científicos opinan que el hecho podría suceder en los próximos cuatro años.
"Funciona así: la reducción del hielo marino significa un aumento más rápido de la temperatura del agua. Actualmente las temperaturas de la superficie del mar frente a las costas del norestes de EE.UU. es las más altas de la historia. Es como un refrigerador con la puerta abierta", explica Walter Meier del Centro Nacional de datos de nieve y hielo de la Universidad de Colorado. "Las grandes fluctuaciones en el movimiento de masas de aire permiten al aire frío del Ártico moverse hacia el sur, mientras que el aire cálido tropical va hacia el norte", afirma la investigadora del Instituto de Ciencias Marinas y Costeras de la Universidad de Rutgers, Jennifer Francis. Según ella, es precisamente lo que sucedió cuando los frentes meteorológicos ártico y tropical chocaron, llegando a formar la devastadora supertormenta Sandy.